Invención de la Joëlette
La historia del origen de la “Joëlette” se remonta a 1987, en Francia. Un guía de montaña, xJoël Claudel, tenía un sobrino que padecía una miopatía y dependía de una silla de ruedas. Con la idea de poder transportarlo dignamente por todos los senderos que conocía, y ante la dificultad de manejar la silla clásica por terrenos de montaña, imaginó una silla de manos mono-rueda (quizás inspirada en los palanquines chinos, pero algo más versátil) que permitiera subirlo de forma segura por todo tipo de caminos y senderos, y que pudiera ser manipulada entre pocas personas.
Así comenzó la invención de la primera “Joëlette”; en apenas un par de días tuvo listo el primer prototipo. De hecho el concepto principal, la silla, la rueda central y los cuatro brazos para los dos acompañantes (piloto y copiloto), siguen siendo la base de la “Joëlette”.
Este invento permitió a Stéphane, a pesar de su patología degenerativa, disfrutar de los grandes espacios y, a sus 17 años, descubrió los senderos de la Isla de la Reunión, luego los del Atlas en Marruecos, los Alpes…
Como hombre apasionado de las actividades en el medio natural, Joël Claudel compartió su proyecto con la creación de la asociación “Handi Cap Evasion”, a la cual se unieron rápidamente muchas personas con discapacidad en Francia, para facilitar el acceso de caminos de senderismo, y actividades complementarias como carreras por senderos, que hasta aquellos días nadie en el país vecino –ni en el resto del mundo- se podía imaginar.
Joël, que supo ver la dimensión de su invento, prefirió dejar el futuro de la “Joëlette” en manos de un grupo de personas dedicadas a la fabricación de productos específicos, y así fue como el fabricante “Ferriol-Matrat”, se convirtió en el fabricante exclusivo de la “Joëlette”.