Hasta 1986, toda la zona eran sobrevolados por la impresionante figura de una de las aves más emblemáticas de la fauna ibérica: el quebrantahuesos. Situado en la cúspide de la pirámide trófica, este necrófago de tonos rojizos es capaz de aprovechar lo que ningún otro animal, es decir, los huesos de ovejas, ciervos, cabras monteses y demás.
Fue abundante en diversas sierras andaluzas y otras zonas de la Península Ibérica, hasta que su población quedó reducida al Pirineo, en unainexorable regresión causada por los tiros, el expolio de nidos y, sobre todo, por el uso de cebos envenenados utilizados por algunos ganaderos y cazadores para matar zorros, perros asilvestrados y las lla madas “alimañas”, es decir, todo bicho viviente que por alguna razón no fuera de su agrado. Hoy, gracias a un largo y complicado proceso de reintroducción, llevado a cabo por la Junta de Andalucía a través de la Fundación Gypaetus, el quebrantahuesos ha vuelto a estos cielos. En la primavera de 2006 fueron puestos en libertad en la Sierra de Segura los primeros ejemplares, aunque sólo se podrá considerar consolidada la reintroducción cuando los quebrantahuesos sean adultos y tengan éxito reproductivo. En cualquier caso, la vuelta del “quebranta” no es sólo un aliciente más para caminar por estas sierras, sino un motivo de íntima satisfacción al ver que el ser humano no sólo es capaz de deteriorar el medio ambiente, sino también de aprender de los errore
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Ruta preciosa, aunque un poco dura , pero merece mucho la pena realizarla.